YA EN LA SALA BLANCA... Las 15 Horas
Moriré a las quince horas
ni una hora más ni una menos,
los ángeles lo sabemos
y al viejo lugar de sombras
donde la nada lo alfombra
mis dos yos regresaremos.
Todo ocurre en ese instante
del plácido atardecer,
sin ruido, sin un quehacer,
sin espíritu paseante,
sin fantasma en el pescante,
es la hora de fallecer,
en un espacio baldío,
sin órbitas de planetas
y sin errantes cometas
que alumbren noches de estío,
en ese espacio vacío s
in ambiciones ni metas.
Juan E. Uceda
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Las 15 Horas
YA EN LA SALA BLANCA... Las 15 Horas
Moriré a las quince horas
ni una hora más ni una menos,
los ángeles lo sabemos
y al viejo lugar de sombras
donde la nada lo alfombra
mis dos yos regresaremos.
Todo ocurre en ese instante
del plácido atardecer,
sin ruido, sin un quehacer,
sin espíritu paseante,
sin fantasma en el pescante,
es la hora de fallecer,
en un espacio baldío,
sin órbitas de planetas
y sin errantes cometas
que alumbren noches de estío,
en ese espacio vacío s
in ambiciones ni metas.
Juan E. Uceda